miércoles, 10 de marzo de 2010

Y apagó la luz.

Era una persona fría como ninguna. Era un misterio; una caja con la cerradura atrofiada. El comportamiento de la gente eliminó la poca autoestima que le quedaba.
Pero no estaba sola del todo.
- No me dejas quererte, Teresa. - Sergio salía del baño con un paño húmedo y lo puso en la frente de ella.
- Entonces no me quieres. - Teresa tenía la mirada perdida y parecía que no sabía ni lo que decía.

El paso del tiempo era como un huracán que destrozaba todo lo que había en esa relación. Pero por otro lado les hacía más fuertes.

- Eres una listilla, si estás tan segura de que no te quiero, ¿porqué no te vas? - Y lanzó una pequeña sonrisa hacia Teresa.
- Por que soy una egocéntrica y una pésima amante, por que no tengo amigos y soy despreciable. Por eso no me voy, por que aún te tengo a ti.
- Y yo sólo te tengo a ti. Recuerda que aunque tú siempre estes a la defensiva, sigo siendo igual que tú. - Sergio besó con amor a Teresa mientras le acariciaba las mejillas sonrojadas a causa de la fiebre.

Teresa le rodeó el cuello con sus brazos y mientras bajaba la cabeza para besarle el cuello, Sergio bajaba sus manos para rodearle la cintura.
Teresa estaba feliz.
Con cuidado, Sergio la levantó de la cama mientras seguía besándola con dulzura y le sacó el fino jersey azul que llevaba puesto.

Ella hizo lo mismo y apagó la luz mientras sus uñas mordidas descendían por la espalda de Sergio.

8 comentarios:

  1. Increíble.

    www.silaslagrimashablasen.blogspot.com

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  2. wauhhh increible!! me encanta... te voy a seguir (L)
    por cierto me llamo carol:) pasate si quieres! ^^ ademas tengo uno que es un blog historia tambn! muchos besos (K)

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  3. Teresa debería ser una niña buena y portarse bien, aunque... claro, las niñas malas siempre son más interesantes.

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  4. precioso :) me encantan tus blogs (L)

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